Los dones especiales de los videntes profesionales se han aplicado tradicionalmente siguiendo las costumbres locales y la división del trabajo común de la época. Cuando estaban implantados los gremios de artesanos formaban un pequeño grupo homogéneo. Se dedicaban a servir esta clase de servicios a nivel muy localizado en ciudades, villas y pueblos.

Con la ilustración y el racionalismo  se produce un ataque  a esta clase de actividades. Las etiquetas de supersticiones y malas herencias del pasado calan en una buena parte de la población. Así se interrumpe una evolución que en otros sectores se da de manera natural.

Quedan estos servicios de videntes profesionales de la mano de personas que ganan su prestigio por sus méritos y aciertos. Pero desligándose de cualquier grupo al que le sería imposible defenderse del ambiente hostil a este tipo de tradiciones y filosofías.

videntes profesionales

Así hemos llegado a nuestros días donde los gabinetes de adivinación son iniciativas totalmente personales sin colegiación ni control por estamentos superiores. La libertad que ofrece esta nueva situación da pie para que aparezcan todo tipo de oportunistas que ven en la adivinación solamente una forma de hacer  negocio.

La verdad termina siempre por imponerse y las trayectorias impecables de un servicio atento, dedicado y profesional son las que permanecen. El resto están condenados a una función de mercadotecnia y la temporalidad.

La experiencia de los videntes profesionales

Existen momentos especiales donde la gente necesita especialmente los servicios de videntes, tarotistas y profesionales de las distintas mancias. Las crisis sociales y los procesos de cambio imprimen en la gente un desasosiego que sólo encuentra apoyo en estas antiguas tradiciones.

Es posible que el desarrollo oficial de las ciencias parapsicológicas consiga en el futuro dar un nuevo papel a los videntes profesionales. El control sobre su formación y experiencias sería una garantía adicional para el cliente.

No se trata tanto de vigilar el ejercicio que se produce en los gabinetes como de permitir una puesta en común entre todos los que ejercen estas actividades. La comunicación de experiencias permitirían recobrar el camino natural por el que pasan todas las profesiones. Muy lejos de la iniciativa exclusivamente  personal de recoger con pocos medios y apoyos una forma de entender las fuerzas de la naturaleza.

Seguimos manteniendo un vínculo con los conocimientos y experiencias que han dado sentido a la vida de mucha gente. Sólo hay que encontrar la mejor forma llenarlas de valor y darlas a conocer.